4.4.12

Cuando las cosas no van bien

Seguramente has tenido uno de esos días donde parece que la vida se ensaña contigo. Donde todo sale mal, nada parece tener sentido e inclusive; cuanto más esfuerzas por ver las cosas de distinta manera, las cosas parecen ponerse peor. ¿Sera que es así? ¿Realmente la vida o Dios se detienen a mirarnos y dedicarnos el tiempo suficiente para hacer nuestra vida miserable? 

 Si en algún punto creemos esto cierto, estamos frente a una distorsión cognitiva. Las distorsiones son percepciones erróneas sobre nuestra realidad, que pueden producirnos perturbaciones emocionales serias al punto de padecer alguna patología como: depresión, fobias, ataques de pánico, entre otras. Particularmente cuando creemos que las cosas no van como imaginamos o suponemos, tendemos a catastrofizar la situación. Haciéndola más grande de lo que en realidad es. 

Las primeras señales para saber si estamos dentro de esta distorsión son las preguntas que por lo general lanzamos al momento de pasar un mal rato. ¿Por qué a mí?, ¿Por qué ahora?, ¿Por qué todo me sale mal?, ¿Por qué las cosas no suceden como las planeo? y quizás la peor, la afirmación de: A mí siempre me va mal, nunca me salen las cosas como quiero. 

Si observamos detenidamente, encontraremos que predomina la victimización, que en otras palabras significa sentirme incapaz de generar un cambio; en las cuales señalo las causas o razones (o ¿por qué no? personas) por las cuales no puedo lograr mis objetivos o ser feliz.

Un cuestionamiento más sano en estos momentos seria: ¿y por qué no? Porque no puede irme mal, porque no puedo tener malos días? ¿En que soy diferente a los demás, que creo que no merezco tener problemas? El problema empieza de la perspectiva, y en este sentido tenemos solo dos opciones, victimizarnos o aceptar con sabiduría aquellas cosas no puedo cambiar. 

Ciertamente hay días que no van como los imaginamos, pero todas y cada unas de la experiencias tienen algo que enseñarnos. La distorsión empieza cuando empezamos a catastrofizar cualquier evento y esto significa hacerlo más grande de lo que realmente es. En la sabiduría popular se dice que “Hacemos una tormenta con un vaso de agua” Aquí dejo algunas recomendaciones que pueden ser muy útiles al momento que las cosas no van como esperamos. 
  1. Deja de dramatizar. Si no eres actor y no vives de ello, el drama solo complica las cosas. Considero que es muy útil frente algún auditorio o cámaras, pero si tenemos ninguno de los dos, es mejor dejar de hacerlo. Inténtalo y veras que el drama es un ingrediente que lejos de favorecer tu situación te la complica. ¡Haz la prueba! 
  2. Deja de autocompadecerte. Cada cual es responsable de sus actos y por ende de sus consecuencias. Sacúdete y despréndete de todos los pensamientos inútiles e innecesarios que lo único que hacen es hundirte cada vez más. 
  3. ¿Qué puedo aprender de esta situación? Siempre hay algo que aprender de cada experiencia, incluso de las desagradables. Quizás no sientas y no veas en la situación difícil ninguna enseñanza en el momento que la vives. Pero haber, haz remembranzas y dime si no, esos malos sabores te han ayudado a ver la vida de una manera diferente y seguro que si vuelves a pasar por algo similar, sabrás mejor que hacer. ¿Es o no una enseñanza? 
  4. Imagina que la vida te pone a prueba. En lo personal me gusta pensar que cada situación que enfrentamos, es como un examen o prueba, que requiere de mis conocimientos y habilidades para poder aprobar. Sé que hay veces que parecen exámenes extraordinarios pero seguro que si te enfocas podrás pasar, de pérdida de panzazo como comúnmente se dice, pero saldrás avante de la situación. 
  5. Cambia tu actitud. La actitud es la manera como decidimos responder ante la vida. Positiva, negativa o conformista. ¿Cual crees que es lo mejor? Ser positivos no significa estar todo el tiempo riendo, significa ver en cada fracaso una oportunidad, el negativo en cambio ve en cada oportunidad un fracaso y conformista simplemente no ve nada, porque no le interesa, según él está bien como esta.

Recuerda que todo pasa. Ningún acontecimiento es permanente. Y si dejamos de catastrofizar pasan aun mas rápido. Ya que cada vez que repetimos y nos enfocamos en lo negativo de la situación, postergamos y perpetuamos el malestar. 

La felicidad no es una condición es una elección y de ti depende elegirla. ¡Se Feliz! 

Psic. Christian Esparza 
Psicólogo Clínico 
Ced. Prof. 5297328 
Cel. Guaymas: 622 138 6151 
Cel. Hermosillo: 662 172 7409 

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