3.10.13

Si no es libre no es amor



Yo prometo, no prometerte nada 
Ni amarte para siempre 
Ni no traicionarte nunca 
Ni no dejarte jamás. 

Estoy aquí te siento ahora sin mascaras ni artificios 
En cuanto fuera bueno para los dos que la otra se quede. 

Nada a ofrecerte, excepto yo mismo 
Nada a pedirte, excepto que seas quien eres tú 
La verdad es lo mejor que tenemos para compartir uno con el otro. 

Tus cosas continúan tuyas y las mías, mías. 
No nos cambiaremos en la locura de tornar 
eterno este breve instante que pasa 

Si crecemos juntos y en direcciones opuestas 
Sabremos amarnos como somos 
Y no tendremos vergüenza uno del otro. 
No te ato ni permito que me ates 

Ninguna corriente puede detener el curso de la vida 
Quiero que seas libre como yo mismo quiero ser 
Compañeros de un viaje que está comenzando 
Cada vez que nos encontramos nuevamente.

Comunicada Punk

29.9.13

El Valor de una Sonrisa


Una sonrisa no cuesta nada y produce mucho.
Enriquece a quienes la reciben sin empobrecer a quienes la da.
No dura más que un instante, pero su recuerdo a veces es eterno.

Nadie es tan rico que pueda pasarse sin ella, 
y nadie es tan pobre que no pueda enriquecer con sus beneficios.

Una sonrisa es descanso para los fatigados, 
luz para los decepcionados, alegría para los tristes 
y el mejor antídoto contra las preocupaciones. 

Una sonrisa no puede comprarse, 
no puede obtenerse por caridad, 
no puede robarse ni puede ser prestada,
porque una sonrisa es algo que a nadie rinde beneficio 
a menos que sea brindada espontánea y gratuitamente.

Y si, en el trato con nuestros compañeros alguien 
está demasiado cansado para brindar una sonrisa, 
regálale una de las tuyas, pues nadie necesita tanto de una sonrisa, 
como aquel a quien no le queda ninguna que ofrecer.

Anónimo

17.9.13

Neil Hilborn - Amor “TOC”

Neil escribió y recitó un poema en un en donde habla de lo que sintió al enamorarse y lo que pasa ahora que ella se fue. Se dio a conocer a través de su conmovedora presentación en la final de concurso “2013 Rustbelt Regional Poetry Slam” donde relata su percepción del amor. Neil es un poeta estadounidense que padece de trastorno obsesivo compulsivo  (OCD en sus siglas en ingles)


Amor "OCD"

La primera vez que la vi...
Todo en mi cabeza se silenció
Todos los ticks, las imágenes constantes desaparecieron.

Cuando tienes trastorno obsesivo compulsivo en realidad no tienes momentos callados.
Inclusive en la cama estoy pensando:
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí
¿Cerré las puertas? Sí
¿Me lavé las manos? Sí

Pero cuando la vi, la única cosa en la que pude pensar fue en la curva de la horquilla de sus labios.
O la pestaña en su mejilla--
La pestaña en su mejilla--
La pestaña en su mejilla.

Sabía que debía hablar con ella
La invité a salir seis veces en treinta segundos.
Ella dijo que sí después de la tercera,
pero ninguna de las veces que pregunté se sintió bien así que tenía que seguir haciéndolo.

En nuestra primera cita,
pasé más tiempo organizando mi comida por colores de lo que pasé comiéndola o hablando con ella.
Pero le encantó.
Le encantaba que tuviera que besarla para despedirme 16 veces, o 24 si era miércoles.
Le encantaba que me tomaba todo el tiempo caminar hacia casa porque había muchas grietas en la banqueta.

Cuando nos mudamos juntos ella dijo que se sentía segura,
como si nadie nos fuera a robar porque definitivamente había cerrado la puerta 18 veces,
Yo siempre veía su boca cuando hablaba--
Cuando hablaba--
Cuando hablaba--
Cuando hablaba--
Cuando hablaba;
Cuando me dijo que me amaba, su boca se curveaba hacia arriba en los bordes.

En la noche ella se acostaba en la cama y me veía apagar todas las luces, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas, y prenderlas, y apagarlas.

Ella cerraba los ojos y se imaginaba que los días y las noches pasaban frente a ella.
Algunas mañanas empezaba a besarla para despedirme y ella sólo se iba porque estaba haciéndola llegar tarde al trabajo.

Cuando me detenía en las grietas de la banqueta ella seguía caminando.
Cuando me decía que me amaba su boca era una línea recta.
Me dijo que estaba tomando mucho de su tiempo.

La semana pasada empezó a dormir en casa de su madre.
Me dijo que nunca debió dejarme apegarme tanto a ella; que todo esto fue un error,
pero... ¡¿Cómo podría ser un error que no tenga que lavarme las manos después de tocarla?!
El amor no es un error y me está matando que ella pueda salirse de esto y yo no.
No puedo--
No puedo salir y encontrar a alguien nuevo porque siempre pienso en ella.

Usualmente, cuando me obsesiono con algo, veo gérmenes escabulléndose en mi piel.
Me veo a mí mismo siendo atropellado por una infinita línea de coches.
Y ella fue la primera cosa hermosa en la que alguna vez me he estancado.

Quiero despertar todas las mañanas pensando en la manera en la que agarra el volante.
Cómo mueve las manijas de la regadera como si estuviera abriendo una caja fuerte.
En cómo sopla las velas--
cómo sopla las velas--
cómo sopla las velas--
cómo sopla las velas--
cómo sopla...

Ahora sólo pienso en quién más está besándola.
No puedo respirar porque él sólo la besa una vez -- ¡No le importa si es perfecto!
La quiero de regreso tanto que...
Dejo la puerta sin cerrar.
Dejo las luces prendidas.

4.7.13

Fabula: La Serpiente y la Luciérnaga


Cuenta una leyenda que una vez una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga. Ésta huía rápido con miedo de la feroz predadora y la serpiente al mismo tiempo no desistía. Huyó un día y ella la seguía, dos días y la seguía.

Al tercer día, ya sin fuerzas, la luciérnaga paró y le dijo a la serpiente:
- ¿Puedo hacerte tres preguntas?
- No acostumbro hablar con mi alimento pero como de cualquier modo te voy a devorar, puedes preguntar. - contestó la serpiente
- ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? - preguntó la luciérnaga
- No - contestó la serpiente
- ¿Yo te hice algún mal? - dijo la luciérnaga
- No - volvió a responder la serpiente.-
 - Entonces, ¿por qué quieres comerme?
- ¡Porque no soporto verte brillar!

2.7.13

Carta de un Hijo a Sus Padres Separados



No traten de disipar mi dolor con grandes regalos y diversiones. Me duele el corazón y éste no sana con risas sino con caricias. Todo lo que necesito es la garantía de que, aunque estén separados, ninguno de los dos me abandonará.

Díganme con palabras y actitudes que puedo seguir amándolos a los dos y ayúdenme a mantener una relación estrecha con ambos. Después de todo, fueron ustedes quienes se escogieron mutuamente como mis padres. 

No me pongan de testigo, de árbitro ni de mensajero en sus peleas y conflictos. Me siento utilizado y responsabilizado por arreglar un problema que no es mío. Tengan en cuenta que todo lo que hagan para perjudicarse mutuamente, quiéranlo o no, en primer lugar me lastimará personalmente a mí. 

No se critiquen ni se menosprecien delante de mí, así todo lo que digan sea la verdad. Entiendan que por malos que hayan sido como esposos, son mis padres y por lo tanto yo necesito verlos a ambos como lo máximo. 

No peleen a ver cuál se queda conmigo, porque no soy de ninguno, pero los necesito a los dos. Recuerden que estar conmigo es un derecho, no un privilegio que tienen ambos y que tengo yo. 

No me pongan en situaciones en que tenga que escoger con quién irme, ni de que lado estoy. Para mi es una tortura porque siento que si elijo a uno le estoy faltando al otro, y yo los quiero y los necesito a los dos. 

Díganme que no tengo la culpa de su separación, que ha sido su decisión y que yo nada tengo que ver. Aunque para ustedes esto sea obvio, yo me culpo porque necesito conservar su imagen intacta, y por lo tanto, el único que puede haber fallado debo ser yo. 

Entiendan que cuando llego furioso después de estar con mi padre/madre, no es porque él/ella me envenene sino que estoy triste y tengo rabia con ambos porque ya no puedo vivir permanentemente con los dos. Nunca me incumplan una cita o una visita que hayan prometido. 

No tienen idea de la ilusión con la que espero su llegada, ni el dolor tan grande que me causa ver nuevamente que han fallado. Denme permiso de querer a la nueva pareja de mi padre/madre. Aunque en el fondo del alma me duele aceptarla, yo quiero ganármela para no perder al padre/madre que pienso que me dejó por ella. 

No me pidan que sirva de espía ni que les cuente cómo vive o qué hago con mi otro padre. Me siento desleal para con él, y no quiero ser un soplón. 

No me utilicen como instrumento de su venganza, contándome todo lo "malo" que fue mi padre/madre. Lo único que con seguridad lograrán es que me llene de resentimiento contra quien trata de deteriorarme una imagen que necesito mantener muy en alto. 

Asegúrense que comprendo que aunque su relación matrimonial haya terminado, nuestra relación es diferente y siempre seguirá vigente. 

Recuerden que aunque la separación pueda constituir para ustedes una oportunidad para terminar con un matrimonio desdichado o para establecer una nueva relación, para mí constituye la pérdida de la única oportunidad que tengo para criarme al lado de las personas que más amo y necesito: mi papá y mi mamá. 

Recuerden que lo mejor que pueden hacer por mí, ahora que ya no se aman es respetarse mutuamente.

17.5.13

No te Conforme con ser Mediocre



Alguien dijo que todos somos geniales, hasta los siete u ocho años, pero que luego tratamos de parecernos a los otros. 

Buscamos la mediocridad y casi siempre acabamos lográndola. No te empeñes en ser mediocre si puedes ser genial. 

Procura ser tú mismo. 

No hagas lo que todos, no digas lo que todos, no pienses lo que todos. No alimentes las mismas mentiras y la misma basura que todos. 

¡No te conformes con ser un borrego mediocre, si puedes ser alguien GENIAL!

Jesús Quintero



23.4.13

Un Nudo en la Sábana

En la reunión de padres de familia de una escuela, la directora resaltaba el apoyo que los padres deben darle a los hijos. Ella entendía que aunque la mayoría de los padres de la comunidad eran trabajadores, debían encontrar un poco de tiempo para dedicar y pasar con los niños. 

Sin embargo, la directora se sorprendió cuando uno de los padres se levantó y explicó, que él no tenía tiempo de hablar con su hijo durante la semana. Cuando salía para trabajar era muy temprano y su hijo todavía estaba durmiendo y cuando regresaba del trabajo era muy tarde y el niño ya estaba acostado. 

Explicó además, que tenía que trabajar de esa forma para proveer el sustento de la familia. Dijo también que el no tener tiempo para su hijo lo angustiaba mucho e intentaba reemplazar esa falta dándole un beso todas las noches cuando llegaba a su casa y para que su hijo supiera que él le había ido a ver mientras dormía, hacía un nudo en la punta de la sábana. Cuando mi hijo despierta y ve el nudo, sabe que su papá ha estado allí y lo ha besado. El nudo es el medio de comunicación entre nosotros. 

La directora se emocionó con aquella singular historia y se sorprendió aún más cuando comprobó que el hijo de aquel hombre era uno de los mejores alumnos de la escuela. Este hecho nos hace reflexionar sobre las muchas formas en que las personas pueden hacerse presentes y comunicarse con otros. Aquél padre encontró su forma, una forma simple pero eficiente. Y lo más importante es que su hijo percibía a través del nudo, todo el afecto de su papá. 

Algunas veces nos preocupamos tanto con la forma de decir las cosas que olvidamos lo principal que es la comunicación a través del sentimiento. Simples detalles como un beso y un nudo en la punta de una sábana, significaban para aquél hijo, muchísimo más que un montón de regalos o disculpas vacías. Es válido que nos preocupemos por las personas, pero lo más importante es que ellas sepan y puedan sentir nuestra preocupación y cariño por ellas. 

Para que exista la comunicación, es necesario que las personas “escuchen” el lenguaje de nuestro corazón, ya que los sentimientos siempre hablan más alto que las palabras. Es por ese motivo que un beso, revestido del más puro afecto, cura el dolor de cabeza, el golpe de la rodilla o el miedo a la oscuridad. 

Las personas tal vez no entiendan el significado de muchas palabras, pero saben distinguir un gesto de afecto y amor, aunque ese gesto sea solamente un nudo en la sábana. Un nudo cargado de afecto, ternura y amor. 

“Vive de tal manera que cuando tus hijos piensen en justicia, cariño, amor e integridad, piensen en ti” 

Anónimo

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12.3.13

Chingones Mis Viejos

Foto: Memo Vásquez - Viejo Mayo

El domingo jui pa’ la plaza
onde hablaron unos entrajeaos,
que dizque iban arreglar munchas cosas en el pueblo;
vieras visto, Calobeto,
cómo les echó flores el comisario
a los jorocones que vinieron,
por todas las mejoras qui'ban hacer pa’ la gente;
que según hasta un represo iban hacer.

Cuándo iba faltar el Neto churrero
en pasar hablar por el micrófono,
cuando dijieron que si alguien quería pasar a decir algo,
por los güenos beneficios qui'bamos a tener.

Uta, Calobeto, ¡cómo me dio vergüenza!
resulta que'l Neto, nomás pa’ quedar bien
dijo que los importantes esos,
eran unos fregones pa’ gobernar.

Y yo dije que "fregones"
era una "mala palabra", pues;
y no me va oyendo el Profesor Ubaldo
y me enseñó que "fregón" no es herejía;
dice que'stá bien decir "chingón" tamién,
que sinifica ser muy güeno pa’ algo.

Yo nomás digo una cosa, tú... Calobeto:
si dicen que hacer cosas con el dinero del pueblo,
es una fregonería, yo me pongo a pensar en mis viejos
y en toda esa gente, antes que nosotros
que han tenido que "darle duro" sin la ayuda de nadien;
nosotros nomás juimos siete
y ahi como pudieron nos sacaron adelante
con el tanichito que pusieron.

No, Calobeto, esos amigos no hacen gracia.
¡Chingón mi apá!, que empezó trabajando en el campo,
en lo que hubiera sin estar atrás di'un escritorio
nomás esperando que llegara la quincena,
y ¡chingona mi amá! que siempre hizo que los frijoles alcanzaran,
y todavía le quedan juerzas (hasta la fecha)
pa’ seguir con el quehacer de la casa
y rematar atendiendo en la tienda,
que la puso después de andar muncho tiempo,
casa por casa vendiendo en el pueblo y en los campos,
cuando mi apá la llevaba en aquella troquita
for cincuenta y siete que tenía ¿Te acuerdas?

Chingón mi apá, Calobeto que siempre ha sembrao
sin que nadien le asegure si vas'tar bien la cosecha;
no me salgan hora con que ellos son los chingones.

Chingones mis viejos y la gente que se arriesga
como el Mayón de la caseta o los Zamayoa taqueros,
ésos sí son chingones;
los que son los horcones del medio pa’ este pueblo.

Chingones mi apá y mi amá
que han pasao hambres cuando éramos plebes,
pero sus hijos "ni en cuenta",
porque primero nos daban a nosotros,
y los del gobierno... quién sabe onde andaban.

Chingonas las mamases de nosotros, Calobeto
que han hecho rendir todo remendando los trapos,
y haciendo chores los pantalones
pa’ sacarles más jugo toa’vía,
y que se dan tiempo pa’ preguntar onde andamos
y aqui'ora vamos a llegar
y que téngamos muncho cuidao
en no andarnos juntando con el Chuyón mariguano,
y que hórremos cuando haiga
pa’ que váyamos aprendiendo.

Uta, ora ya me estoy dando cuenta
que mi apá era un chingón, Calobeto
por estar encima jodiendo hasta que termináramos la chamba
cuando él podía berla hecho rapidito,
aunque… no le gustaba verse cabrón al viejo
cuando nos jalaba las orejas, porque l'ibamos a'garrar muina;

'Ora me cai el veinte que le dolía más a él azotarnos,
nomás tres, decía: pero bien daos
y que no l'importaba que nos diéramos cuenta
que tamién erraba, mi apá.

No hay güelta di'hoja: l'historia de a deveras,
la de a güenas d'esa que nomás está un pedazo en los libros,
esa l’hace el pueblo, Calobeto no los mandamases.

Uchi, cómo hay que darle gracias a Dios
por ber tenido los viejos que tenemos: gente PURA y FRANCA
que no se anda con "una y un pedazo"
a l'hora de tender la mano a los que estén más abajo
y que se partieron el lomo por sus hijos.

Qué güeno que me'stoy dando cuenta a tiempo:
chingones mis viejos, Calobeto...
¡CHINGONES MIS VIEJOS!

Bruno Pablos
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Voz: Bruno Pablos

7.2.13

El Abrazo de Oso


Alberto era un hombre joven, cuyo hijo había nacido recientemente y era la primera vez que sentía la experiencia de ser papa. 

Un buen día le dieron ganas de entrar en contacto con la naturaleza, pues a partir del nacimiento de su bebé todo lo veía hermoso y aun el ruido de una hoja al caer le sonaba a lindas notas musicales. 

Así fue que decidió ir a un bosque; quería oír el canto de los pájaros y disfrutar toda la belleza. Caminaba plácidamente respirando la humedad que hay en estos lugares, cuando de repente vio posada en una rama a un águila que lo sorprendió por la belleza de su plumaje. 

El águila también había tenido la alegría de recibir a sus polluelos y tenía como objetivo llegar hasta el río más cercano, capturar un pez y llevarlo a su nido como alimento; pues significaba una responsabilidad muy grande criar y formar a sus aguiluchos para enfrentar los retos que la vida ofrece. 

El águila al notar la presencia de Alberto lo miró fijamente y le preguntó: 
- ¿A dónde te diriges buen hombre? Veo en tus ojos la alegría 
por lo que Alberto le contestó: 
- es que ha nacido mi hijo y he venido al bosque a disfrutar, pero me siento un poco confundido. 
- Oye, - Pregunto el Águila - ¿y qué piensas hacer con tu hijo? 

Alberto le contestó: 
- pues ahora y desde ahora, siempre lo voy a proteger, le daré de comer y jamás permitiré que pase frío. Yo me encargaré de que tenga todo lo que necesite, y día con día yo seré quien lo cubra de las inclemencias del tiempo; voy a defenderlo de los enemigos que pueda tener y nunca dejaré que pase situaciones difíciles. 
- Es mi hijo lo amo, no permitiré que mi hijo pase necesidades como yo las pasé, nunca dejaré que eso suceda, porque para eso estoy aquí, para que él nunca se esfuerce por nada. 
Y para finalizar agregó: 
- Yo como su padre, seré fuerte como un oso, y con la potencia de mis brazos lo rodearé, lo abrazaré y nunca dejaré que nada ni nadie lo perturbe. 

El águila no salía de su asombro, atónita lo escuchaba y no daba crédito a lo que había oído. Entonces, respirando muy hondo y sacudiendo su enorme plumaje, lo miró fijamente y dijo: 
- Escúchame bien buen hombre. Cuando recibí el mandato de la naturaleza para empollar mis hijos, también recibí el mandato de construir mi nido, un nido confortable, seguro, a buen resguardo de los depredadores, pero también le he puesto ramas con muchas espinas ¿y sabes por qué? porque aún cuando estas espinas están cubiertas por plumas, algún día, cuando mis polluelos hayan emplumado y sean fuertes para volar, haré desaparecer todo este confort, y ellos ya no podrán habitar sobre las espinas, eso les obligará a construir su propio nido. 
- Todo el valle será para ellos, siempre y cuando realicen su propio esfuerzo para conquistarlo con todo, sus montañas, sus ríos llenos de peces y praderas llenas de conejos. 
- Si yo los abrazara como un oso, reprimiría sus aspiraciones y deseos de ser ellos mismos, destruiría irremisiblemente su individualidad y haría de ellos individuos indolentes, sin ánimo de luchar, ni alegría de vivir. 
- Tarde que temprano lloraría mi error, pues ver a mis aguiluchos convertidos en ridículos representantes de su especie me llenaría de remordimiento y gran vergüenza, pues tendría que cosechar la impertinencia de mis actos, viendo a mi descendencia imposibilitada para tener sus propios triunfos, fracasos y errores, porque yo quise resolver todos sus problemas. 
- Yo, amigo mío, dijo el águila, - podría jurarte que después de Dios he de amar a mis hijos por sobre todas las cosas, pero también he de prometer que nunca seré su cómplice en la superficialidad de su inmadurez, he de entender su juventud, pero no voy a participar de sus excesos, me he de esmerar en conocer sus cualidades, pero también sus defectos y nunca permitiré que abusen de mí en aras de este amor que les profeso. 

El águila calló y Alberto no supo qué decir, pues seguía confundido, y mientras entraba en una profunda reflexión, ésta, con gran majestuosidad levantó el vuelo y se perdió en el horizonte. 

Alberto empezó a caminar mientras miraba fijamente el follaje seco disperso en el suelo, sólo pensaba en lo equivocado que estaba y el terrible error que iba a cometer al darle a su hijo un abrazo como el de un oso. 

Reconfortado, siguió caminando, solo pensaba en llegar a casa, con amor abrazar a su bebé, pensando que abrazarlo solo sería por segundos, ya que el pequeño empezaba a tener la necesidad de su propia libertad para mover piernas y brazos, sin que ningún oso protector se lo impidiera. 

A partir de ese día, Alberto empezó a prepararse para ser el mejor de los padres. 

Anónimo


Voz: Mariano Osorio

10.1.13

El Buscador

Esta es la historia de un hombre al que yo definiría como un buscador... Un buscador es alguien que busca, no necesariamente alguien que encuentra. Tampoco es alguien que necesariamente sabe qué es lo que está buscando, es simplemente alguien para quien su vida es una búsqueda. 

Un día, el buscador sintió que debía ir hacia la ciudad de Kammir. El había aprendido a hacer caso riguroso a estas sensaciones que venían de un lugar desconocido de sí mismo; así dejó todo y partió. 

Después de dos días de marcha por los polvorientos caminos, divisó a lo lejos la ciudad de Kammir. Un poco antes de llegar al pueblo, una colina a la derecha del sendero le llamó la atención. Estaba tapizada de un verde maravilloso y había un montón de árboles, pájaros y flores encantadores; la rodeaba por completo una especie de valla pequeña de madera lustrada, la pequeña portezuela de bronce invitaba a entrar. 

De pronto, sintió que olvidaba el pueblo y sucumbió ante la tentación de descansar por un momento en ese lugar. El buscador traspasó el portal y empezó a caminar lentamente entre las piedras blancas que estaban distribuidas como al azar, entre los árboles. Dejó que sus ojos se posaran como mariposas en cada detalle de este paraíso multicolor. 

Sus ojos eran los de un buscador, y quizás por eso descubrió sobre una de las piedras, aquella inscripción: Abdul Tareg. Vivió 8 años, 6 meses, 2 semanas y 3 días. 

Se sobrecogió un poco al darse cuenta de que esa piedra no era simplemente una piedra, era una lápida. Sintió pena al pensar que un niño de tan corta edad estaba enterrado en ese lugar. 

Miro a su alrededor, el hombre se dio cuenta de que la piedra de al lado también tenía una inscripción. Se acercó a leerla, decía: Yamir Kalib. Vivió 5 años, 8 meses y 3 semanas. El buscador se sintió terriblemente conmocionado. 

Este hermoso lugar era un cementerio y cada piedra, una tumba. Una por una, empezó a leer las lápidas. Todas tenían inscripciones similares; un nombre y el tiempo de vida exacto del muerto. Pero lo que lo conectó con el espanto, fue comprobar que el que más tiempo había vivido sobrepasaba apenas los 11 años. Embargado por un dolor terrible se sentó y lloro. 

El cuidador del cementerio, pasaba por ahí y se acercó. Lo miró llorar por un rato en silencio y luego le preguntó si lloraba por algún familiar. 
- No, ningún familiar - dijo el buscador 
- ¿qué pasa con este pueblo?, ¿Qué cosa tan terrible hay en esta ciudad? ¿Por qué tantos niños muertos enterrados en este lugar?, ¿Cuál es la horrible maldición que pesa sobre esta gente, que los ha obligado a construir un cementerio de chicos? 

El anciano se sonrió y dijo: 
- Puede usted serenarse. No hay tal maldición. 
- Lo que pasa es que aquí tenemos una vieja costumbre. Le contaré... 
- Cuando un joven cumple 15 años sus padres le regalan una libreta, ¡como ésta que tengo aquí, colgado al cuello! 
- Y es tradición entre nosotros que a partir de allí, cada vez que uno disfruta intensamente de algo, abra la libreta y anota en ella: a la izquierda, ¿qué fue lo disfrutado?, a la derecha, ¿cuánto tiempo duró el gozo? - Conoció a su novia, y se enamoró de ella. ¿Cuánto tiempo duró esa pasión enorme y el placer de conocerla? ¿una semana?, ¿dos?, ¿tres semanas y media?... 
- Y después, la emoción del primer beso, el placer maravilloso del primer beso, ¿cuánto duró?, ¿el minuto y medio del beso?, ¿dos días?, ¿una semana? - ¿Y el embarazo o el nacimiento de su primer hijo? ¿Y el casamiento de los amigos? ¿Y el viaje más deseado? ¿Y el encuentro con el hermano que vuelve de un país lejano? - ¿Cuánto tiempo duró el disfrutar de estas situaciones? ¿Horas? ¿días?... 
- Así vamos anotando en la libreta cada momento que disfrutamos intensamente, CADA MOMENTO. - Cuando alguien muere, es nuestra costumbre, abrir su libreta y sumar el tiempo de lo disfrutado, para escribirlo sobre su tumba, porque ESE es, para nosotros, el único y verdadero tiempo VIVIDO. 

Jorge Bucay


Voz: Jorge Bucay