20.5.14

Explora la Mente de un Psicólogo


Nuestra función como psicólogo es lograr que el paciente desarrolle su autoeficacia, perminitiendonos ser participes de este hermoso proceso. Nuestra labor debe diferenciarse de cualquier consejo común y las palabras de aliento, que ayudan pero no resuelven el problema.


Nuestra intervención debe basarse en un sustento teórico o modelo psicológico, pero principalmente en evidencias; de que las herramientas o técnicas a desarrollar dentro del proceso muy particular de cada intervención, acercara cada vez más al paciente a ese bienestar que todos buscamos, que coloquialmente llamamos felicidad.

18.5.14

Fabula: El Maestro y el Alacrán

Por el sendero de un hermoso bosque, un viejo maestro Zen caminaba en silencio junto a su joven discípulo. Al llegar a un riachuelo, divisaron cerca de la orilla a un escorpión que había caído al agua y luchaba por su vida. 

El maestro se acercó, alargó su brazo y tomó el animal para sacarlo del agua, pero de inmediato el alacrán lo picó. El dolor fue grande que al sacudir la mano, el maestro dejó caer al alacrán al agua.

Sin pensarlo dos veces, el maestro se volvió sumergir su mano en el agua para salvar al alacrán, pero una vez más el alacrán lo picó y este a su vez volvió a caer al agua. Tras frotarse la segunda herida, el maestro se agachó nuevamente, pero justo antes de introducir su mano en el agua, su discípulo lo detuvo tomándolo por el hombro y le dice:

- ¡Maestro, no vuelva a agarrar al alacrán, lo va a picar otra vez!, además, ¿cuál es su empeño en salvar a ese animal tan malvado? ¿Qué no se da cuenta que este no le agradece su intención de salvarle?

A lo que el maestro tranquilamente respondió:

- Querido amigo, el alacrán me ha picado porque eso está en su naturaleza. Sin importar cuales sean las circunstancias, su instinto será siempre el de defenderse picando a cualquier otro animal que se le acerque. En cambio, yo estoy llamado a amar a la naturaleza, por lo tanto a tratar de salvarlo, porque eso está en mi naturaleza. Muy mal haría yo en dejarme influenciar por su naturaleza, dejando la mía de lado; en renunciar a hacer el bien solamente porque a otro no le gusta o no está de acuerdo; en comportarme de maneras distintas según las circunstancias en lugar de ser siempre auténtico.

- Lo que sí puedo hacer – dijo el maestro – a la vez que tomaba una hoja que pasaba flotando – es buscar las herramientas necesarias, para no ir en contra de mi naturaleza y no salir afectado por la naturaleza del alacrán. - y con ella levantó por tercera vez al alacrán para salvarle la vida y lo coloco en la orilla para que este escapara.


1.5.14

Abraza



Abraza la soberbia que hay en ti,
porque detrás de ella hay un niño no querido.

Abraza la exigencia que hay en ti,
porque detrás de ella hay un niño que no ha sentido el Amor.

Abraza esa apariencia de “agradador eterno” que hay en ti,
porque detrás de él hay un niño rechazado.

Abraza la ira y el enojo que hay en ti,
porque detrás de ella hay un niño abandonado.

Abraza al solitario que hay en ti,
porque detrás de él hay un niño excluido y discriminado.

Abraza el desgano, la apatía, la falta de sentido,
porque detrás de todo esto, está tu niño padeciendo ser quién no es.

Abraza el dolor que hay en ti,
porque detrás de él hay un niño lastimado.

Los niños que habitan dentro de nosotros,
están empezando a manifestarse y esta vez no paran hasta ser escuchados.

"El niño que no juega no es niño, pero el hombre que no juega 
perdió para siempre al niño que vivía en él y que le hará mucha falta" 
Pablo Neruda (1904-1973) Poeta chileno