Cuando no sabemos dar es señal de pobreza, independientemente del monto de dinero que tengamos en una cuenta bancaria. El no saber dar, nos cierra las puertas para recibir. Pensamos erróneamente que solamente tienen oportunidad de dar aquellas personas que tienen las posibilidades para hacerlo, entendiendo por ello el poder económico. Una de las grandes ventajas sobre el dar; es que no necesitamos gastar un solo peso.
Enseguida te describo los principales errores que se comenten al acto de dar.
1. Te doy pero espero algo a cambio. No podríamos llamar dar aquellas personas que nos condicionan sus acciones. Debemos aprender a dar sin esperar nada a cambio, pero nada, ni si quiera el gracias. Es importante valorar las acciones sin intención alguna, ya que el generarnos algún tipo de expectativa sobre nuestras acciones nos pone en las condiciones adecuadas para sentirnos decepcionados.
2. Dar aquello que nos sobra. El verdadero acto de dar nace de una buena intención y no de dadivas de lo que ya no me sirve o no utilizamos. Ofrecer aquello que me sobra habla de una personalidad egoísta la cual se contrapone con las buenas acciones.
3. Dar más de lo que tengo para ofrecer. A veces caemos en el error de quitarnos el pan de la boca para dárselo a alguien más, esta acción es correcta si ya nos hemos alimentado, pero no es lo mas adecuado, si estamos en las mismas condiciones de aquel que pretendernos ayudar, lo ideal es compartir. Dejarme en segundo término nunca termina bien para nadie, es importante valorarnos y apreciarnos ya que de esta manera tenemos más que ofrecer a los demás.
4. Mientras mas ofrezco mejor persona soy. Esto no es necesariamente cierto, la cantidad no tiene que ver con la calidad y menos si lo hacernos con algún tipo de reflectores o protagonismos. Las acciones que nos nacen no necesitan ser reconocidas; ya que la misma acción nos brinda felicidad.
El acto de dar también trae consigo grandes beneficios que a continuación te señalo.
1. Ayuda a salir de la depresión. Una de las principales características de la depresión, es el sentimiento de inutilidad, al momento de hacer algo por alguien más u ofrecer algo, damos de manera automática un sentimiento de utilidad, ya que sabemos que podemos generar un efecto en alguien más, que por lo general es positivo y si no lo fuera; no importa ya que la acción misma nos reconforta.
2. La vida multiplica nuestras acciones. Quizás no en la misma proporción pero es de todos conocidos que “El que actúa bien, termina bien”, la vida se encarga de regresarnos cada acción positiva con experiencias agradables, solo hay que aprender a estar atentos. Ya que a veces se presenta en pequeños detalles, como en la sonrisa de una niño, el gesto amable de un desconocido y si prestas atención… en cada latido de tu corazón que te permite estar vivo y disfrutar de tu presente.
3. Nos da alegría. El saber que mis acciones generan un cambio en alguien más nos genera alegría y al estar alegres liberamos adrenalina y serotonina, sustancias que mejoran el estado de ánimo. Las cuales nos permiten vivir con intensidad cada instante y por lógica disfrutar el momento
4. Nos hace más humildes. Ya que estamos otorgando en medida de nuestras condiciones, y al extender nuestro apoyo reconocemos nuestra vulnerabilidad de estar en las mismas condiciones de quien nos necesita. Estas necesidades pueden ser económicas o de afecto. No olvidemos que en ocasiones somos nosotros quienes necesitamos a comprensión de los demás.
5. Sirve de ejemplo. Nuestras acciones siempre dicen más que nuestras palabras, y como seres humanos reaccionamos más a lo que vemos que a lo que nos dicen que debemos de hacer. Así que este tipo de acciones se convierten en una gran semilla para nuestros hijos, compañeros, familiares y amigos, ya que sembramos en ellos el valor de la generosidad.
Me despido con la frase del escritor y poeta libanés Khalil Gilbran que reafirma la idea del beneficio de esta acción. Y recuerda que la felicidad no es una condición es una elección y de ti depende elegirla. ¡Se Feliz!
“Hay quienes dan con alegría y esa alegría es su premio”
Psic. Christian Esparza
Psicólogo Clínico
Ced. Prof. 5297328
Cel. Guaymas: 622 138 6151
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