Cuenta la
historia de un viejo que vivía cerca del mar y que todos los días, salía a
caminar muy temprano en la playa, para reflexionar, para pensar y
posteriormente escribir algo.
Una mañana cuando iba caminando por la playa, sucedió algo
diferente. Mientras caminaba, vio a lo lejos a un joven que hacia algo un tanto
extraño. Agarraba algo y lo arrojaba al mar. Le llamó la atención,
ya que a esa hora casi nunca se encontraba a alguien, y mucho menos que fuera
un joven. Le sorprendió la presencia del joven, que insistentemente recogía
algo y lo arrojaba al mar.
Se pregunto;
-¿Estará haciendo ejercicio?, ¿Estará bailando?, ¿Qué hará con tanta
persistencia?...
Después de un rato al tratar de alcanzarlo, se acerco a él y
después de saludarlo le pregunto:
- Le he visto desde muy lejos con ese entusiasmo y esmero, y me gustaría saber
¿Qué es lo que hace? Le pregunto aquel viejo.
El joven no respondió, dado que la respuesta era evidente,
arrojaba las estrellas al mar.
En un tono más molesto el viejo insistió con su pregunta y
exigió una respuesta. - ¿Que es lo que haces? Dijo el viejo
El joven se detuvo un instante y le respondió:
- Hoy amanecieron muchas estrellas de mar tiradas sobre la playa, el sol estará
muy fuerte y la marea empieza a bajar, si no las recojo y las aviento al mar,
se van a secar, se van a morir, por eso las estoy regresando al mar.
El viejo le dijo;
- Hay joven, ¿no se da cuenta que es inútil lo que hace?, son miles y miles las
estrellas de mar que están tiradas en la playa en este momento; y por más que lo
intente es imposible regrese todas las estrellas de vuelta al mar.
-¿Cree que valga la pena su esfuerzo, de estar arrojando una
por una las estrellas al mar? Le pregunto
El joven no le dijo nada, lo miro respetuosamente y dijo:
- Señor, yo no sé si podre regresar todas las estrellas al mar nuevamente para
que mi esfuerzo según su percepción valga la pena.
Se agacho a agarrar una estrella y con el mismo entusiasmo
la arrojo muy lejos al mar, regreso y le dijo a aquel viejo:
- Pero para aquella estrella que cayó al agua. YA VALIÓ LA PENA. No morirá y
tendrá una nueva oportunidad.
Ante aquella respuesta, el viejo no supo que contestar,
sintió algo de vergüenza, se dio la media vuelta y se fue.
The Starfish Story
Loren Eiseley
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